El vinagre, especialmente el blanco, contiene ácido acético, una sustancia que le otorga propiedades desinfectantes, desengrasantes y de limpieza. Estas características lo hacen ideal para eliminar la grasa, las huellas dactilares y las manchas de agua en los cristales, sin dejar los residuos químicos que muchos limpiadores comerciales dejan tras de sí.